jueves, 31 de agosto de 2017

Última crónica

Última crónica.
Fin de la odisea. Millones de gracias a todos los que siguieron esta aventura de contar nuestro viaje. Faltan todavía casi 250 km a La Paloma. Espero que no sean tan turbulentos como el viaje Panamá Carrasco. A la merda!...casi casi terminaba todo en serio che...a tal punto que imaginé que esa foto con el cartel END iba a salir en el diario como algo premonitorio.
El libro hubiese estado bueno...y regalías para mis hijos....
Imagínate el aplauso al aterrizar. Un maestro el capitán de Copa.
Quizás algún recuerdo de para otras pastillitas. Veremos cómo está la casa y el barrio después de un caso diluvio universal...
Así que, por cábala, no se vayan che, que capaz, si fuese posible, AHORA VIENE LO MEJOR.
Abrazos y besos a todos. Los quiero mucho, de verdad....



Nuevas crónicas, número 45, parte 3

Parte 3 de Nuevas crónicas. Bonus Panamá
Si hay algo que me molesta de la globalización es que todos los shoppings son iguales.
En la inmensa mayoría, cual la máxima de aquella película de Mel Brooks, donde se mencionaba a un gran conglomerado llamado "Abarca y Devora", todas las empresas líderes están. Porque si no estás "no esistís, fiera"
Esta vez la que sorprendió en todas fue Victoria Secret.
(¡Que linda lencería, mamurri!)
Pero esa es solo una. Se repiten todas. Y eso es medio embolante.
Lo que si es muy distinto son los maniquíes. Hay foto. SON RETETONAS.
Me encantan.
(Pará, pará, pará, como diría Fantino...no prejuzgués diciendo que lo mío ya es enfermizo, que me excito con muñecas o algo así. Mi análisis es cien por cien científico: las panameñas, evidentemente, son más pechugonas...debe ser el sol del Caribe, que se yo!)
Pero mi frustración más grande, volviendo al tema, pasa incluso por los arquitectos que diseñan el edificio. Nada originales, ni temáticos ni respetando alguna remota relación con el lugar.
No digo que tenga forma de barco pasando un canal...(no sería mala idea...) pero
estamos en un shopping gigante, de 300 y pico de locales y bien podría ser Punta del Este, Berisso o Berlín...
Che loco...pongan creatividad e identidad con el lugar, carajo!
Como bonito, lo es...pero todo igual a los quichicientos que vi en los últimos tiempos.
Otro tema:
Dije en un post hoy, que la mala onda de la gente del aeropuerto de Panamá era tremenda. Como si de alguna manera sufren el hecho de ser destino de paso. Nadie quiere ser uno más del montón, una novia de verano, uno que se usa y se tira. (No voy a decir que te atienden como forros porque es muy agresivo...no lo voy a decir. Y si lo pensaste, corre por tu cuenta)
Pero acá, por alguna razón, e inteligentemente, en este mall, es re diferente.
Primero aclaro: como dije antes, en el aeropuerto te ofrecen un tour relámpago por 100 dólares por cabeza, en un taxi. Incluye Canal, ciudad vieja, y shopping, creo.
Por otro lado, con mucha astucia para los números, el mismo Mall pone a tu servicio, absolutamente gratis, una combi para 10, cada hora. Te llevan, te dejan consumir y te pasan a buscar...
A ver...usted que sabe tanto....¿cuál eligió el pelagatos que subscribe?
Muy bien! Adivinaron! Y lo de pelagatos imagino que será con cariño. Sino no les doy nada lo que les traje de San Francisco...je....
Y aquí los/las vendedores/as son un caramelo de dulce de leche. Hiper salameros: que somos muy lindos, que somos gente divina, que nuestro país es el mejor, que esto, que aquello, etc...
Y, quieras o no, esos mimos, por más remanidos y falsos que puedan ser, seducen.
Más de un comercio por nuestros lares deberían aprender....
En cuanto al shopping en si, el Shopping es un shopping común y corriente.
Excepto que en ambos extremos tienen sendas tiendas que llaman "Departamentales"
¿Te lo traduzco? Son casi como La Salada pero a todo trapo, bien puesto, con "de todo" y libre de impuestos. Un Free Shop para los pasajeros en tránsito.
O sea que hay ropa a 1, 2 y 3 dólares. Más también, claro.
El estilo, entiéndase con respeto, es muy "panameño". Pero un jean a 5 dólares está genial. Y corpiños a 3 o bombachas a 49 centavos de dólar, es considerable.
Puse fotos...agarren una lupa y sáquense las dudas.
Cambio de tema: a ver...un sudafricano en Irlanda llama la atención...¿estamos de acuerdo? Se destaca naturalmente.
Bueno, acá pasa algo parecido...no soy rubio platinado, pero ya las canas (no, no son reflejos, debo reconocerlo) "atraen" las miradas. Repito: no por lindo, sino por ...ufff, suena mal, como discriminador, y ustedes saben que ni ahí soy eso...el tema es que hasta un vendedor me elogió mis ojos celestes, jajaja....¿adonde he caído?
(Era fachero el guachito...ja)
Y a decir verdad, algo que ya hablé con Delia, las mujeres de aquí son mucho más bonitas que las yanquis -generalizo. Es algo pésimo, que no deben hacer en casa, chicos-
Y si encima si se arreglan, más todavía. Y conste que estoy contradiciendo mis principios históricos de que a mi siempre me gustaron mucho más las rubias de ojos claros (y que nunca me dieron bola, de paso agrego)
Bueno, hasta acá llegamos con este bonus panameño. Esperamos micro y sillón mullido para aguantar unas seis horas más todavía hasta que despeguemos rumbo a Uruguay.
Ni loco los voy a dejar sin despedirme, así que esperen ahí, aprovechen para hacer pis y comer algo mientras pasan las horas, y no se olviden que ahora viene lo mejor....
(¿Me vas a aflojar justo ahora? Escribime que leo todo, y hasta te mando saludos, como en la tele, si querés...)
Chau, chau, chauuuuuuuuu













Nuevas crónicas, número 45, parte 2

Parte 2 de Nuevas crónicas, número 45 y final
Ufff!
Ahora en Panamá. Una espera de 14 horas para que despegue rumbo a Carrasco.
No haremos ni el tour a la ciudad ni la visita al Canal.
Para Canal me quedo con el Canal 8 de Rocha, de mi amigo Pablo Arboleya, jajaja..
Ya sé, pesimo chiste, pero son las 7 de la mañana y tengo sueño.
Duermo muy mal en los aviones.
Además ese tour cuesta 100 dólares por persona, y si voy, Delia también va a querer ir, la copiona...
Y 200 verdes, a esta altura, imaginate que no me los sacás ni cagándome a trompadas...gracias que nos queda algo para el COT o CYMSA desde el aeropuerto de Montevideo a La Paloma.
Gracias infinitas a los comentarios de la primera parte. Me han hecho, ustedes, muy feliz. Pero sigan, que soy angurriento de afecto...mi ego los saluda eufórico...y capaz que alguien que lea me ofrezca algún trabajo que tenga que ver con esto de escribir sentimientos. (Hola Carlos)
De lo que me fue quedando: CALIFORNIA es un gran estado. Tiene, esa "provincia" o "departamento" ( para usar términos comparativos con los argentinos o uruguayos) la misma población que, precisamente, Argentina y Uruguay juntos.
Tienen todos los climas, tienen todas las industrias, tienen turismo de todo tipo, tienen todo todo para ser un país separado, ya que su producción alcanza y sobra para no depender de ningún otro estado.
Es más, hay una especie de mito no tan mito que, cuando se decidan, patean el tablero, juntan firmas y chau pinela.
Te conté que es el estado más seguro y que los diarios ponen como delitos que una persona se robó un servilletero de la mesa de un bar...¡y fue noticia!
Hay asesinatos en los suburbios... Uno cada diez años, más o menos...mucha mala suerte si justo te toca a vos...pero bueh! El destino es el destino.
Varias veces hablé de lo simple que es manejar en una ciudad donde hay más autos que árboles, y eso que los bosques abundan.
La caja automática, a la cual el espíritu latino de "sentir el motor" se niega tanto, facilita todo. Te concentrás en ir derecho. Y punto.
Raramente haya giles que pasan la velocidad máxima permitida. Y si lo hacés, no sé como, aparece una patrulla y te persigue. Vi dos o tres veces autos detenidos por eso.
Esto es dificil de explicar. Varias veces lo redacté y no queda claro. Lo intentaré: en las esquinas, ponele que tenés que doblar a la derecha. Hay semáforo rojo. ¿Ok?
Podés doblar igual. Mirando que no venga nadie por la transversal, si estás ubicado sobre el carril de la derecha, por más que el semáforo no te deje ir derecho, si querés doblar, podés. Se agiliza un montón.
Eso si: cartel de pare, significa PARE. No es frenar un poquito. Es PARAR.
Y todos paran. SIEMPRE. Un par de segundo, tres a lo sumo. Y se respeta que el que paró primero tiene prioridad. Es muy loco ese respeto.
Pero hablando de prioridad, el peatón es el rey.
Si querés cruzar agachado, arrastrándote, con los ojos cerrados y cantando...hacelo. Nadie te toca bocina, nadie te apura, nadie te insulta..
Cruzá por las esquinas. Pero si se te ocurre hacerlo por la mitad de la calle, frenarán igual. Apenas ponés el pie en la calle, ya te dan paso.
Yo nunca lo había visto...
A nivel turístico, querida Ana Claudia Caram, le sacan plata hasta a las piedras. No hay sitio que no explote lo que muestra. Quizás ahí si me resultó exagerado. Sea el tema que sea, te fabrican remeras, llaveros, vasos, tazas, gorras, dvds, juegos, mantas, y todo lo que se te ocurra. Obvio que te tienta todo. Pero, gracias a Dios, son tan caros que no compré casi nada.
Juegan mucho con la emoción. Y me encanta. Pero los odio.
En Disney, después de un juego tan pero tan espectacular como Pandora, de la película Avatar, te querés llevar lo que sea. La adrenalina se corporiza, se te pone al lado y te dice a los gritos: "Che, boludo...¿te das cuenta lo que acabás de hacer, de difrutar, de vivir?...entonces ¡LLEVATE ALGO DE RECUERDO, SALAME!! "
Hasta Nicolás se compró una remera que "certifica" que estuvimos no en una atracción, sino en PANDORA mismo... Y te lo crees sin problema.
Muchos odian ese sentido marketinero de casi todo. Los comprendo. Y muchas veces pienso igual.
Pero lo hacen tan decentemente que no sentis que te están currando...sentís que están del lado de tu emoción...y si...obvio, hacen un negoción...
¿Viste la pelea el otro día? ¿La de Mayweather?
Salía 2500 dólares la entrada...
Te lo repito, porque lo leíste a la pasada, sin hacer siquiera el cálculo de todo lo que podés hacer vos con esa guita: 2500 dólares una platea. Un rato...podría ser un round, o sea 3 minutos...
Y el PPV, o sea el "codificado" de esa pelea, 100 dólares.
¿Caro? ¡Carísimo incluso para acá! Pero explotó. Y dieron un show en consecuencia.
Eso es lo que rescato. No me sentí "estafado" nunca.
La entrada a los museos, como el MOMA, de arte de la puta madre, es carita...pero nadie en el mundo te da semejante museo.
Eso es respeto por el turista. Hasta los hoteles pedorros -les habla un especialista- están muy prolijos, todo anda. No tuvimos que quejarnos nunca.
Como Las Vegas, que es un show de la grasada. Dicho sin eufemismos. ES GRASA, pero tan buena calidad de grasa, que todo está más que perfecto.
En los negocios, ponele que entrás a uno que hay mucha gente, siempre se me ha acercado alguno a decir,e buen día y que está para lo que necesite. A veces son medio cargosos. Pero mucha sonrisa siempre.
Apenas llegamos recuerdo que queríamos salir a cenar. Y cenan a las 6 de la tarde.
Hay shows de teatro o musicales, que en Bs As o en Montevideo arrancarían a las 22 o más tarde.
Queen, que Nico me llevó a un estadio -gigante- empezaba a las 19:30...y empezó 19:30....O sea que a las 22 ya estaba todo el mundo en su casa.
¿Está mal? No sé. Es raro que en el país del "libertinaje", en la cuna del Hippismo, donde la droga está seguro en todos lados, las puteadas en la tele están prohibidas. Para algunos es hipocresía...para mi es simplemente contradictorio...
Matete de ideas. Como si me hubiese metido en un lavarropas y ahora salen todas las cosas mezcladas...
Un ejercicio para aflojar melancolías, para cranear ideas para hacer en Rocha, para revitalizar las ganas de ver a mis otros hijos, Wendy y Sebastián en Bs As...
Acá termino esta parte dos. Salimos del aeropuerto por un rato para hacer algo de algunas calles de Panamá. Seguramente haremos algún shopping.
Tienen fama de recontra super baratos...veremos...después les cuento...
No se vayan...que se yo....capaz que ahora -dificilmente a esta altura- viene lo mejor...escribanmé!!!
Saludo a. Tantos amigos: PaolaGrazziellaJuanjo , AngelDiana,Daniel(como zafo el ciclon ) Alejandra GabbyMarta entre otros tantos.
Recordar: todas las crónicas, en especial para aquellos que se perdieron alguna, están, gracias a mi hijo Nicolás, en

Nuevas crónicas, número 45, parte 1

Nuevas crónicas, número 45 y final
PARTE UNO. (Hasta subir al avión)
¿Cómo describir este momento?
Todos ustedes o son hijos o son padres. Imagínense entonces lo duro que es la separación.
Seguro que de una u otra manera lo han vivido. No descubro nada ni soy ejemplo de nada. Solo trato de relatar algo que me sale del alma.
Como dos meses atrás expliqué que estas crónicas solo buscaban dejarlos -humildemente- un poco mejor que antes de leerlas, sacarles una sonrisa o sorprenderlos con mi mirada de las cosas, casi como ese axioma de la Madre Teresa que me encanta, que sugiere que parte de la felicidad consiste en tratar que quien se va de nuestra presencia, lo haga mejor que cuando llegó.
El año pasado ya habíamos estado acá. Fue un viaje donde la sorpresa opacó la razón. Todo lo nuevo impidió muchos análisis.
Este viaje fue totalmente diferente: diez días antes de embarcar sufrí un infarto, absolutamente inesperado, sin síntomas ni avisos.
Y me sacudió de lo lindo. Replanteo de cosas que eran boludas y uno convertía en importantes, y de importantes que uno dejaba de lado.
Y ahí apareció, a mi lado, en Montevideo, mi hijo Sebastián, casi tan asustado como yo. Con esa cara de "¿este señor con tubitos y mangueritas en un quirófano es mi papá?" que nunca le había visto antes. Pedazo de regalito le hice.
Y gran regalazo me dio él. Valió el infarto, y lo digo recontra en serio.
Y todo lo que me llegó de Wendy. Sus sustos, sus incógnitas, sus oraciones. Todo me llegó. ¡Vaya si valió el infarto!
Y así, medio en recuperación y con siete pastillas diarias y mucho dolor de espalda y pies, terco como mula y como vasco que el apellido certifica, así, llegamos a Eeuu.
Y las crónicas que fueron mucho más salidas del corazón de alguien que le agradece al universo no perder la capacidad de asombro. De seguir siendo un chico que se maravilla hasta con un abrelata.
Y me sorprendo a mi mismo diciendo obviedades como "¡Cuanta gente hay en el mundo!" al tiempo que pienso en cuantos tienen sus vidas tan parecidas y tan distintas. Y miraba la gente en una detención de un semáforo de una avenida de 6 carriles y pienso en cada uno, com sus problemas, sus obligaciones, sus alegrías y hasta sus dolores de muelas.
Y se mezcla la puta política, decidiendo tantas veces como el culo sobre la vida de tantos inocentes que lo único que quieren es simplemente tener un pasar tranquilo.
Perdón por el barullo de los pensamientos, pero ya a punto de embarcar, hacia Panamá primero y nueve horas después a Montevideo, trato de dejar de llorar por cómo ya extraño a este sol que es Nicolás.
Y trato de hilvanar ideas: nunca fui pro yanqui, pero tampoco los odié. Ahora conociendo a su gente, más me doy cuenta que somos todos iguales. Que aman y sienten exactamente igual. Y hay buenos y malos, como hay gordos y flacos en todos lados.
Y si saco a valorar muchas cosas que me han hecho la vida más feliz: la confianza por el otro, el respeto en las calles, los ritmos de los negocios, la solidaridad...
Obvio que no todas son rosas. Hay cosas que no van con nosotros. Pero son las menos. La amistad de una cerveza o salir a caminar es escasa. Los hijos cuando se van, casi nunca vuelven, me decía una madre. El sentido de familia es más frágil.
Dejo esto ahora acá, esta primera parte. Me embarco.
Sigo después.
Dejen comentarios...sino lloro como cuando dejé a mi hijo...
FIN PARTE UNO


Nuevas crónicas, número 44

Nuevas crónicas, número 44
Amigos...les adelanté ayer que hoy íbamos a un Castillo. Un castillo, eso si, al estilo yanqui.
En San Simeón, a unos 200 kilómetros de San Francisco, está el Castillo Hearst.
Breve historia del asunto: un tal George Hearst buscaba oro por allí. Diez años buscando.
Año 1850: Encontró plata.
Mucha. Mucha mucha.
Empezó a comprar campos. Muchos. Muchos muchos.
Se casó y tuvo un hijo: William
Y tuvo un "rancho". Gigante. Le fue muy bien.
Decidió que, ya que tenía tanta plata, su hijo estudiara mucho. Y viajara.
Mucho: Inglaterra, Francia, España, Alemania, Italia, Egipto...con la mamá a todos lados. Aprendió y se sorprendió mucho...
Creció con el sueño de recrear las cosas que vio. Siguió con las empresas de su padre pero le gustaban los medios.
Fue un genio del periodismo. Creo bocha de diarios. También produjo muchas películas famosas.
Y a los 56 años (mi edad) decidió que en una de las colinas de aquellos campos que su papá había comprado con la plata, y en que él jugaba de chico, iba a construir un castillo.
Contrató a ¡una mujer arquitecta! ¡La primera mujer arquitecta de California! que hizo lo que hoy visitamos.
¿Es lindo? Ehhhh...mmmmmno. ¿Es raro? si... ¿Es interesante? SI, MUCHÍSIMO.
Tardaron 28 años en hacerlo. Hay materiales de todos lados del mundo. ¡Hasta 2 efigies egipcias reales, de 3500 años de antigüedad!
Y había cebras, canguros, bisontes, monos...y 150 espacios...42 habitaciones, 35 baños, 2 bibliotecas, dos salones tremendos...mármol de primera, muebles italianos, y tapices fabulosos.
Y desde sus ventanas todo lo que se podía ver, le pertenecía, excepto el océano.
¿Grasa? Y, si...recontra recargado.
La arquitecta, una tal Julia Morgan ( como mi amiga Lilly Morgan Vilaro) confesó que don Williams Hearst le cambiaba de pedidos cada dos por tres.
Y este hombre fue, además, candidato a presidente de EEUU, incluso.
En su casa, tremendas fiestas.
Lujo de aquellos.
La casa es tremenda. Un museo extrañísimo. Como está en lo muy alto de una colina, te llevan en colectivo. Elegimos un tour que nos mostró los grandes salones y las piscinas externas e internas. Y el cine...ja! Que cine! Y ahí nos pasaron filmaciones que él hacía con Clark Gable, Carold Lombard, Charles Chaplin, etc...
Fue muy exitoso. Aunque una vez estuvo al borde de la quiebra: durante la famosa depresión americana debía apenas 126 millones de dólares. Pero zafó. Después tuvo problemas de corazón.
Y de amores, a los 63 se separó de la madre de sus 5 hijos y la cambio por una de 19...
Ahora el lugar es uno de los centros turísticos más importantes de California. Está siempre lleno de turistas.
Resumiendo: ¿viste alguna vez la archifamosa película EL CIUDADANO KANE?
Es, casi casi basada en la vida de este hombre y su castillo. Es él. Pero con otro nombre.
Hay un store, como en todo lugar que fui en estos meses. Y carísimo también. Más que otros. Y cosas interesantes como un mismo mármol, como queda si nadie lo manosea y como se gasta con el toque permanente de manos y manos.
Y también un gran video, con muy buena producción, sobre la vida de este castillo.
Salida diferente. Opulencia payasesca. Pero hay que tener en cuenta las épocas.
A la salida fuimos a almorzar a "Sebastián", donde hacen "los mejores sandwiches de California"
Mientras Delia y Nicolás comieron tremendos mazacotes llenos de "con de todo", yo me mandé una hamburguesa caserísima sin sal y con un poco de queso, tomando una licencia a mi dieta. ¡Es la mejor hamburguesa que comí en mucho tiempo! ¡Y me la merecía, che!
Dejamos el hotel y emprendimos la vuelta: localidades como Cambria, muy irregular con subidas y bajadas, Paso Robles, con mucha actividad vitivinícola y artística, y muy calurosa, Y San Miguel...con la única característica que se llama igual que el San Miguel donde vivió Delia 25 años...
Antes de llegar y prepararnos para el último día acá, pasamos por Gilroy, la capital nacional del Ajo.
El olor a ajo que hay en todas las calles, es insoportable. Hay negocios de Outlet, ventas de fábricas. Apenas recorrimos y nos fuimos con las fosas nasales destruidas...¿como hace la gente que vive ahí con ese espantoso olor toda la vida?
Te dejo la inquietud.
Te espero mañana, que no puedo decir que viene lo mejor, porque nos vamos...pero la vida es así...así que si...no me abandones...que falta un capítulo. Y si...ahora viene lo mejor...amor con lágrimas....


























Nuevas crónicas, número 43

Nuevas crónicas, número 43
¿Viste cuando se te acaba el dulce del tarro? ¿De ese que más te gusta?
¿Y que te faltan un par de cucharadas para untar las últimas galletitas?
¿Que hacés? Metés la cuchara hasta el fondo, o un cuchillo, con tal de raspar hasta el vidrio, para no dejar nada antes de tirar el frasco...
Bueno, más o menos así son estos tres últimos días antes de partir.
Primero que nada, saludo a uno de esos lectores que me voy enterando que me siguen, pero "no se mostran"...hoy a Patricio Barletta, otro argento que vive por acá...Gracias Pato! Como a tantos otros tímidos...son un montón de seguidores!
Tanto por acá como por el blog.
GRACIAS totales.
De pura verdad
Ahora sí, a lo nuestro...
Hoy estamos en San Simeón. Como a unas 5 horas en auto -y al sur- de la casa de Nico en San Francisco. Bueno....5 horas si veníamos derechito...pero paramos en varios lados antes de llegar.
Mañana les contaré de este lugar. Ahora vamos a hablar de los puntos intermedios.
Primera parada: Monterey.
Si, así, con una sola R.
Monterey, porque los yanquis, igual que la Ñ, o los acentos, que no dan pie con bola, tampoco pueden pronunciar la RR.
Pobres.
Es una ciudad con gran muelle, llena de veleros, casas antiguas de Españoles, Franceses, Chinos, Polinesios, etc...
Y se ufanan que Steven Dickenson, autor de La Isla Del Tesoro, vivió acá.
Es cierto...estuvo...¡pero apenas tres meses!
Por ende, donde paró, es histórico.
Y acá viene un datazo que muchos ignoran.
AGARRATE.
California fue, durante 6 días, de la Argentina.
Si, no estoy borracho.
Durante 6 días flameó acá la bandera argentina. Y si la historia hubiese otra, gracias a Hipólito Buchard, un corsario oficial de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que invadió el fuerte de la que era, en ese momento, Monterrey, Capital del Estado de California, hoy vaya a saber como estaría todo esto.
Es interesantísima la historia de este aventurero. Googleenlá.
La cosa es que yo tenía el dato, y me intrigaba poder averiguar algo más...y hoy lo comprobé en el mismísimo museo: por un cachito así, hoy no estuve en mi país...un cachito así de grande, je...vean la foto de las banderas que flamearon en aquel fuerte, por si no me creen...
Además el lugar hoy tiene un puerto hiper comercial, simple, pero muy colorido.
Y el Acuario más importante del mundo. Recontra conocido.
No teníamos tiempo hoy, así que queda para otro viaje...( si vengo cuando tenga 65 años pagaré más barata la entrada, que es bastante cara)
De ahí hicimos un recorrido denominado como "el paisaje costero más lindo del mundo". A tal punto que hasta te cobran la entrada. Es bastante nuevo el circuito, unos veinte años, casi como un barrio cerrado al borde del mar.
Los puntos ideales para parar y sacar fotos, tienen nombres.
La anécdota graciosa era traducirlos. Como Seawood, madera del mar, o madera marina, o mar dera....o Point Joe, como Punto Show, y que show habrá hecho Joe...pavadas así....ok? Iba todo bien hasta que llegamos a Fanshell.
De entrada me salió lo de ventilador (por Fan) y concha (por Shell) ...o sea Concha Ventosa. Traté de imaginarla.
Pero ventosa por viento, no por las cualidades de una ventosa...¿o si?
También Fan podría ser por fanática...pero ya sería otra patología...¿no?
Lo confieso: Los acantilados, las canchas de golf y las casas, son TRE MEN DAS.
Varios kilómetros que incluyen a otro lugar recontra super hiper concheto: Carmel by de sea. O simplemente Carmel.
De dste lugar fue alcalde, dos años, Clint Eastwood (madera del este, si seguimos traduciendo)
Balneario CARO. Todos los negocios son lujosos. Todas las casas imponentes.
Creo que hasta mirar te lo cobran.
Si ven la serie de HBO, Big Little Lies, con Nicole Kidman y Resse Whiterspoon, la verán. Ocurre acá.
Es realmente hermosa. Las calles, los carteles, los restaurantes...Nivel Nivel...y yo con este look de ¡Muaaaa! ¡No me quiero ir!
Eso si, mi remera de Mai Inglish is Bad fue sensación. Decí que estoy con Delia y Nicolás, que si me agarra más joven y solo, te aseguro que es un excelente arma de levante...(no quiero entrar en detalles para no fanfarronear, pero tengo testigos que lo confirman)
Lo que si es terrible de este lugar es que NO HAY UN PUTO LUGAR PARA ESTACIONAR.
Es imposible. Hay demasiados autos en EEUU. y acá hay más que demasiados.
Eso es un embole. Y encima estacionamiento pago. Y cada año, más autos.
Caminamos disfrutando. ¡Que bien pueden hacer un lugar turístico! Todo es lindo.
El lugar, Carmel, hace honor a las Carmelitas. Y hay una iglesia, como corresponde.
Dos datos que me chocaron: el edificio, de 1700 y pico, está todo descuidado...pero con tanta onda que parece descuidado a propósito. ESTÁ DESCUIDADO A PROPÓSITO. A mi no me engañan.
O sea que está así por interés. Una iglesia, papá...Encima por cualquier recuerdo en la santería "oficial" del lugar te arrancan la cabeza hasta por una estampita...
O sea: venden para mantener el lugar. Pero si lo arreglan ya no quedaría atractivo para vender. Y por ende no lo arreglan....¿me siguen?
No sé...cosas de la iglesia - que es preciosa aún en su "supuesto abandono" -o paso del tiempo- que no me cierran

Salimos y la idea era hacer el viaje hasta San Simeón (no confundir con el Cholo Simeone...) haciendo la ruta 1 -, directa y toda bordeando el mar- .¡pero está cortada en varios sectores! O sea que tuvimos que ir por una autopista -la 101- nada atractiva.
Igual avanzamos por la número 1 unos cuantos kilómetros -que tuvimos que desandar luego- para conocer un puente histórico, de 1932.
Bellísima vista. Los ojos bailaban gozosos de paisaje celestial.
Y otra vez la recurrente inquietud...¿me podés decir como en aquellos años -el mismo que construyeron el Golden Gate- hicieron tamaña obra? Si uno se pone a pensar eso, con tantas limitaciones, te maravilla más el talento de aquella gente. Una locura.
Una locura total.
Ya a las casi 12 horas de haber salido de casa, llegamos.
Largón se nos hizo.
Manejé un tramo y las rutas y la conducción son un placer.
Tiempo para hotel y caminar al mar. El océano Pacífico, de aguas heladas, nos regaló un atardecer de sol amarillo furioso, pero gentil.
Momento para meter en una cajita de cristal, para ver en días grises.
El asunto es que llegamos acá para conocer ¡un castillo! Si!
Pero eso se los cuento mañana...no tiene desperdicio, me parece...
Por eso, no se vayan...ahora, al final del tarro, viene lo mejor...
Gracias, los quiero a todos un montón.
Escriban che!